martes, 13 de marzo de 2012


Arquitecto

Si no sabes aún hacia donde o cuando
Y no esperas más que muros erguidos
Paradas puertas, abiertas o atrancadas
Si buscas el cancel de tus sueños caídos
Si harto no vislumbras esto, no sabes.

Porfiado por esbozar de la nada un futuro.
Traer del blanco impenetrable un suceso
Que rememore el papel que fuera, o que es
Y que podrá resucitar a modo de recuerdo
Una casa, una infancia, o un molde de ti.

Si puedes destruir tu propio pensamiento
Haciendo pedazos los minutos invertidos
Y dándote cuenta que no fue en vano
Morir un poco en ese superficial intento
Habrás renovado el alba de tu ventana

Si logras distinguir certero el camino del sol
Y cubrir de sombra tus ganas con un puente
Si miras a lo lejos, y te parece cerca
Y recorres todo sin necesidad de mirar nada
Y Puedes silenciar a tu ciudad con un trazo

Yo sé quién eres o procurar parecer ser
Eres un loco, atrevido, precipitado, obsceno
Traductor de tu generosa y sutil memoria
Que te presenta nadando contra la corriente
Buscando en el grafito un pedazo de universo.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Presente



Ahora es el momento, ni antes ni después

Se te abre el pecho y desborda el corazón

Porque sentir es un destino quieto, actual.

Es una fortaleza de papel, o cristal, o roca

Que explota a cada instante y reaparece.


Se defiende a costa de cualquier precio

Para no sucumbir al tiempo, pero muere

Su suerte es vana, fútil, trivial, casi fugaz

Es una suerte de desperdicio, de basural

Que se pudre en menos que canta el gallo.


Es como un hilo débil sacudido por el viento

Que se corta por lo sano sin remedio alguno.

Prudente del acoso constante de las horas

Fallece suplicando a dioses o a extraños

Recibir la bendición de un efímero recuerdo


Presente, tal vez el regalo que ya tenemos

Quizás sin saber de dónde viene, ni por qué,

Ni como aparece, o se va de la conciencia.

El obsequio de una vida, que generosamente

Encuentra el consuelo en renacer a cada rato.


Ese presente, el mío, el tuyo y el de todos

Es común, abundante, pródigo, concreto

Es tangible hasta sentir que ya se nos fue.

Puntal de las voces que inventan quimeras

Para crear futuros mejores que los pasados.

la cruz


Dos maderos, uno en el horizonte, visible.

Otro más que apunta y apuñala el cielo

Lavando las culpas, las caídas, los yerros.

Distintivo del dolor que nos baña las penas

La cruz de mis mayores y viejos consuelos.


Cansancios propios de lo que cada uno es,

O pretende ser, con lo que tiene a mano.

Hay un poder irresistible en la mirada propia

Que nos ampara de las penurias de la vida

Y en cada cruz, se redime eso que somos.


Porfiado Cristo, que nos libra del desconsuelo

Con el diario y constante escudo que regala.

Ese escudo que no tuvo en su cruz, en su fin

Y que sin embargo es la muestra de su valor

Entregado para vivirlo, por algo o por nada.


Ternura sin fin, la de la cruz y los maderos

Amor de amores y castigo de castigos.

Escarnio, burla, morir a los vanos intentos.

Una cruz de expectativa en la desesperanza

Un proyecto nuevo para mí hombre viejo.


El esfuerzo puede valer la pena o la alegría

Ya no hay reproche, ni siquiera condena

Hay una libertad creciente y sanadora.

Hay rescate y reconquista y batallas mías

Por eso soy cruz, hasta el fin de los días.


Guillermo Allerborn

23/11/2011

jueves, 11 de noviembre de 2010

AGUA

Lanzarse a la nada, con las velas firmes
Con esa nuez que simula una barca
Perdiendo el tiempo buscando esa tierra
Que tirara por la borda todas las dudas
Tanta agua, tantas almas perdidas, por nada.

Un mar de fuertes y constantes cambios
Como el devenir desprolijo de alguna ilusión
Como el agua que se escurre entre los sueños
Entre los dedos de alguna mano lejana
Llevando torpe el contenido de lo que fuera.

Buscar ese rumbo que ha sido impedido
Y censura aquel torrente postergado
Cauce de anhelos viejos y nuevos
Como esas sombras que despejan dudas
Y permiten transitar por las filas de lo certero.

Por todo y por nada agua viva y signo puro
En la lluvia fresca de veranos o inviernos
Mojados de esa lástima que traen las tormentas
Perdimos la sed de bebernos el propio cuerpo
Y bebimos la suerte de seguir vivos, enteros.

Simple, como siempre dicen los sabios o los viejos
Escases de la fuente, final inevitable del tramo último
Si fuéramos esa ola constante que regresa de a ratos
Perdidos o encontrados en nosotros mismos
Daremos el último adiós a una lágrima de lluvia

FUEGO

Ardor calcinante de desiertos planos
Fuego interior, poro despierto latente
Ceniza seca, volcánica, desesperante,
Pasión del germen, tortura de muertos.
Faro rústico de leyendas prehistóricas.

Fuego, para el mal de los tiempos
La materia prima, la razón ardiente
Leños del castigo, brutal, primitivo
Abolido y descarnado, de la hoguera
Fuego de miedo, de deshonra, de pena.

Fuego lento o ligero, o lateral, esquinado
Descuido visceral, cárcel de cosechas
Vecino prepotente audaz y ladino del viento
Lágrimas negadas al tiempo que no riegan,
La bastedad seca de los campos nuestros.

Fuego antídoto, emblema, carcaza fresca
Amor incandescente, travieso y mordaz
Fuego de amor, que congela espíritus
Que doblega a sentimentales o a genocidas
Que sierra todos los ciclos y los abre por siempre.

Fuego de esos que parten de las nostalgias
Que rozan la razón para hacerla añicos.
Consuelo, con-cielo, fuego de luz o penumbra
Bestia maravillosa, invento anónimo,
Fuego, dragón suelto que custodia el alma.

TIERRA

Tierra firme, consuelo de navegantes
Sumidos a la querencia de las estrellas
Velas desechas por brutas tormentas
Buscando el destino propio o ajeno.
Torciendo la historia del devenir humano.

Planeta de sueños, o de intentos
Superficie tosca de los pasos nuevos
Escarpada final para los miedos
Terreno austero, molienda de los vientos
Granero de esas cosechas ciertas

Signo de vida en el universo
Camino incierto, verdad a tientas
Sospecha brutal desde el comienzo
Alimento de esa razón turbulenta
Que explora la parálisis de años viejos

Modelo circular plagado de hitos
Símbolo perenne de supervivencia
Alerta suprema, dioses inmóviles
Principio aterido, revelada sorpresa
Curiosidad plena, mascara incierta.

Tierra, carbón y oscuridad violenta
Páramo fresco, ansiedad saciada.
Permanecer sumidos en el lodo
O morir cada vez en la escasez de la nada.
Tierra mía o de nadie o de todos.

AIRE

Espacio sin límites, caprichos del tiempo
Recodos de aire pueblan la inmensidad
Generan posibilidades a todos los seres
Dan vida y la quitan controlando lo eterno
Acarician las palmas cuando estas se juntan
el espacio desaparece como por arte de magia.

El viento lleva las cosas a cualquier parte
Columnas de meteoritos invisibles de polvo
Envenenan inofensivos el lecho de vida
Despierto el hombre imagina en su respiración
las normas y los ritmos que rigen sus días
y se convence y se reafirma y se encuentra.

Espesor diminuto, abismo inmenso
Eso pretende ser, borde y límite final de todo
Todo lo toca, todo lo habita, lo contiene.
Confirma y expresa la infinitud del cosmos
Alienta a descubrir el instante más ordinario
Calcina el misterio del poder endeble de la razón.

El aire muere y vive por si mismo, ahora y siempre
Y todos inconscientes de ello, también.
Pendientes del apremio ilegal de su existencia
Asumimos el paso sigiloso que nos propone.
Y seguros de concebir a su lado el proceso vital
Exigimos temerosos el vértigo de su mortal osadía.